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| Santuario de la Purísima de Lo Vásquez, Casablanca - CHILE. (Post terremoto 27 de febrero de 2010) |
Este año hemos sido testigos de un gran número de predicciones y dichos que han alarmado a nuestro mundo. "Que los Mayas dijeron", "que la princesa china", "que van a venir tres días de oscuridad", "que todo calza", etc. Por su parte, una seguidilla de temblorcillos, parecen confirmar tales teorías; generando un sentimiento de malestar y miedo entre muchos de nosotros. Hay quienes han llegado al extremos de construirse refugios donde vivir o resistir un desastre de proporciones, y otros han ido a los supermercados a comprar gran cantidad de víveres para alimentarse durante muchos días. Muchos pareciéramos estarnos preparando para un acontecimiento que ocurrirá pronto. Y nos podemos preguntar ¿será verdad? ¿y si realmente tales predicciones se cumplen? ¿Cómo y cuándo será? ¿Todos vamos a morir? ¿Cuál será la sensación?
Sin duda, el tema da para mucho. Hay respuestas políticamente correctas para salir airosos, por ejemplo:
"mmm... nadie sabe". Tal respuesta nos puede "tranquilizar", pues sale en la Biblia (Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre. -Mt 24,36-); de modo que ningún hombre o mujer pueden predecir el acabo de mundo, sino sólo Dios - el Padre de los Cielos-. Pero ¿nos "tranquiliza" en verdad? Lo que la Biblia nos dice es que, efectivamente, nadie puede predecir el día y la hora, pero no nos dice que el mundo en que vivimos sea Eterno. Lejos de ello, los Evangelios nos hablan: "En esos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor... Yo les aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda" (Mc 13, 24.30). Con este detallito que nos entrega el Evangelio, por un lado nos "tranquilizamos" pero por otro la duda sigue, pues no sabemos el día y la hora. Hay otras respuestas, más o menos inteligentes, pero la duda, el miedo y la intranquilidad siguen.
"mmm... nadie sabe". Tal respuesta nos puede "tranquilizar", pues sale en la Biblia (Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre. -Mt 24,36-); de modo que ningún hombre o mujer pueden predecir el acabo de mundo, sino sólo Dios - el Padre de los Cielos-. Pero ¿nos "tranquiliza" en verdad? Lo que la Biblia nos dice es que, efectivamente, nadie puede predecir el día y la hora, pero no nos dice que el mundo en que vivimos sea Eterno. Lejos de ello, los Evangelios nos hablan: "En esos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor... Yo les aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda" (Mc 13, 24.30). Con este detallito que nos entrega el Evangelio, por un lado nos "tranquilizamos" pero por otro la duda sigue, pues no sabemos el día y la hora. Hay otras respuestas, más o menos inteligentes, pero la duda, el miedo y la intranquilidad siguen.
Yo me pregunto ¿por qué nos inquietamos tanto? Y la respuesta parece ser muy fácil. Es que es tan rico vivir. Pese a las amarguras y las contrariedades de la vida, vivir es hermoso. Por eso nos aferramos a este mundo y a lo que éste modo de vivir tiene para nosotros. Qué difícil será abandonar este modo de existencia, a las personas y cosas que amamos, a los lugares y logros que hemos alcanzado. Todo esto parece hacer que nos aferremos más y más a esta vida y modo de vivir. Que el mundo se acabe por ello, viene a ser algo realmente malo e indeseado, pese a que desde la fe sabemos que lo que nos espera es mucho mejor, junto a Dios y a todos nuestros seres queridos, en el cielo.
Pero de que el mundo se va a acabar, se va a acabar. ¿Y qué? ¿Cuál es nuestra disposición frente a esta realidad? ¿Negarla? ¿Asustarnos simplemente? ¿Dejar que el tiempo pase para ver si es verdad?
Se pueden hacer muchas cosas. Pero me parece conveniente valorar la vida con todo lo que tenemos, considerando la verdad de nuestro ser: lo bueno y lo malo que hemos vivido, pues todo ello ha ido formando lo que somos. O es que ¿podemos volver atrás como en las películas para eliminar algún suceso de nuestra vida o alguna persona que nos haya hecho daño? Claramente NO. La Vida "es una" y no admite "borradores" como los croquis que hacemos o hacíamos en el colegio... ¿cómo nos gustaría? pero no se puede.
Valoremos todo cuanto tenemos y amamos. Esforcémonos, mejoremos y compartamos nuestra vida con los demás. Pues nadie tiene comprada la vida, ni tenemos un reloj de arena que nos diga cuanto tiempo nos queda.
El mundo se va a acabar... ¿y qué? Aquí te presento algunos dichos que leí en alguna parte, y que puedes ir ensayando para ese momento: "Adiós mundo cruel” (demasiado trillada), “Todo valió la pena” (un poco mentirosa), “Adiós, mundo feliz” (adónde la viste), “Señor, en ti nos confiamos” (podría ser), “Y nosotros que nos creíamos la gran cosa” (sugerente, además de ecuménica), “Y colorín colorado…” (un poco infantil), “Tan tán” (excesivamente simbólica). Ahora bien, de tanto ensayar capaz que salga algo así como: "¡$%@&$* era verdad la &%$#!", "¡Maaaamáaaaaaaaa!", "¡Tengo mieeedoooo!", "¡Aaaaaaahhhhhh!".
Siempre Dios te bendice, te ama y te espera.

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